martes, 11 de noviembre de 2008

Soft libre como alternativa al copyright

Richard Stallman ies uno de los fundadores del Free Software Movement y uno de los principales gestores del Sistema Operativo GNU. Explica sus propuestas de software libre en su libro 'Free Software, Free Society'. La entrevista que se transcribe proporciona información concisa y relevante sobre lo que se entiende como software libre. Según Stallman el Software libre permite a los usuarios una serie de cuatro derechos (instalación de software, modificación de los códigos del software, libre distribución de software y libre distribución de versiones modificadas de software) sin lo que nos veríamos abocados a ser meros usuarios no creativos ni participativos de las versiones distribidas comercialmente. El software no libre, es, por tanto, una forma de control social que Stallman define como 'antisocial'.

La entrevista desarrolla varios temas; uno de ellos es el relativo a La Política del Software Libre, en esta sección se debate acerca del uso del software comercial o no libre para crear software libre estableciendo comparaciones con hechos históricos como la liberación de India. Stallman explica que el software libre favorece la comunicación y la interacción global, por lo que no constituye un movimiento antiglobalización. La globalización no sólo implica la transnacionalización de las empresas y el poder económico, por lo que, generalmente, aquéllos que se declaran antiglobalización lo son sólo en ese aspecto y no en la globalización entrendida como generalización del conocimiento y la cooperación internacional.

En la sección de Capitalismo y Estrategia, Stallman defiende que el desarrollo de software libre en EEUU no es illegal si no se distribuye. Reflexiona sobre el carácter marcadamente fascista de la configuración social y económica de su país, abogando por un modelo social más igualitario en el que se garanticen derechos mínimos.

Los principales retos a los que se enfrenta el Movimiento por el Software Libre son el uso de hardware cuyas características técnicas constituyen un secreto, esto les obliga a tener que desentrañar el funcionamiento de manera inductiva y eso lleva mucho tiempo, las patentes del software, que constituyen un campo de minas para los programadores, ya que, en mayor o menor medida, los procesadores necesarios para el desarrollo del software se solapan y se infringen normas de protección de patentes, y, por último, los lenguajes codificados suponen la imposición por parte de las empresas que comercializan software de sus propias condiciones aun después de haber adquirido el equipo, ya que no permitirán la instalación de programas que no autoricen y será necesario obtener permisos específicos para software no comercial o libre.

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